Depois da França
Last week The Economist quoted an American diplomat who warned that if Mexico didn't vote for a U.S. resolution it could "stir up feelings" against Mexicans in the United States. He compared the situation to that of Japanese-Americans who were interned after 1941, and wondered whether Mexico "wants to stir the fires of jingoism during a war."
Incredible stuff, but easy to dismiss as long as the diplomat was unidentified. Then came President Bush's Monday interview with Copley News Service. He alluded to the possibility of reprisals if Mexico didn't vote America's way, saying, "I don't expect there to be significant retribution from the government" — emphasizing the word "government." He then went on to suggest that there might, however, be a reaction from other quarters, citing "an interesting phenomena taking place here in America about the French . . . a backlash against the French, not stirred up by anybody except the people."
And Mr. Bush then said that if Mexico or other countries oppose the United States, "there will be a certain sense of discipline."
E finalmente, uma brincadeira para conferir as consequências para aqueles lados do tacto político de Bush.
Fox: Hola, George, my friend, habla Vicente Fox.
Bush: Hello, Vicente. ¿Cómo está la "pareja presidencial feliz", perdón la presidenta, je, je, je, mejor dicho, cómo está la señora Marta? Dile a Martita que la busqué varias veces la semana pasada para conversar sobre Irak y que no me tomó las llamadas. Je, je, je. Me sorprende que me llames, especialmente después de las amenazas que te lancé esta semana. Ya sabes, amigo, que debes apoyar a tu vecino en esta guerra contra Hussein.
Fox: De eso mismo quería hablarte, Georgito. Quería, de hecho, pedirte de nuevo que me volvieras a amenazar o por lo menos que tu cuate, el embajador Tony Garza, hiciera unas declaraciones intimidatorias a los medios mexicanos. Y preferible lo más pronto que se pueda.
Bush: ¿What? ¡No entender! ¿Quieres que te amenace? ¿Are you crazy?
Fox: No, amigo, al contrario, estoy muy sanito. No sabes el favor que me hiciste en amenazarme con represalias y actos "disciplinarios" si es que México no te apoya en tu locura de atacar Irak. No sabes cómo se alborotó el avispero político gracias a tus comentarios, todos los partidos condenaron la amenaza y me exigieron a gritos que no me arrodille ante ti y tus deseos bélicos. De hecho, uno de los partidos sacó una pauta política, condenando tu guerra, usando como imágenes fotografías del holocausto de la II Guerra Mundial, tal vez exageradita la comparación, pero con eso te das cuenta del sentimiento antiguerra al que me enfrento en este momento. Entonces, no me queda de otra que mantenerme firme y rechazar tu decisión.
Bush: ¡What! ¿Cómo puedes hacerme eso, my friend?
Fox: Pues, retefácil. Hombre, se ve que tú también reprobaste el curso de diplomacia para principiantes. En primer lugar, al hacer públicas tus amenazas, me acorralaste en un rincón en el que me pones en una situación imposible de apoyarte. Cualquier mandatario, con un poquito de orgullo y corazoncito, no se deja amenazar por uno extranjero. Menos un macho mexicano botudo y bigotudo como yo, y si no, que mi señora te lo confirme. Mucho menos puedo apoyarte en un año de elecciones intermedias, en donde más de 80% de la población, según las encuestas, está en contra de tu guerra. Lo peor es que tal vez hubiera yo buscado la forma de apoyarte, my friend, si por lo menos me hubieras prometido algo a cambio. A los turcos les prometiste un paquete financiero de 30 mil millones de dólares. ¿Y a México qué? Ni siquiera me diste una pequeña esperanza de que ustedes estuvieran dispuestos a considerar un acuerdo migratorio. Pero lo más importante, mi amigo Bush, es que cuando yo vote en contra de tu resolución, que te daría permiso para atacar Irak, voy a recibir un boom político aquí en México, y en el mundo, por haberte enfrentado tan "valientemente". Mis bonos se incrementarían porque sería el modelo del héroe pacifista que se lanza a la defensa de la soberanía nacional. Quien sabe, a la mejor hasta los franceses nos... perdón, me dan una que otra medallita o condecoración y con lo que a Marta le gusta salir de viaje.
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